La piscina

Llevaba casi todo el día aburrido encerrado en mi habitación, así que decidí salir a dar una vuelta por el jardín. Se escuchaban ruidos desde el salón, por lo que tomé el camino más alejado a este y salí rumbo a la picina.

Una vez allí, me saqué la camisa que llevaba puesta y las zapatillas, dejandolas sobre una silla a un lado de la picina, y me lancé al agua. Era común en mi andar con el traje de baños de día, en especial cuando el día estaba soleado y no podía salir de casa.

Salía a la superficie al ver destellos brillantes fuera, significaba que alguno de los miembros de la familia se encontraba afuera, y cuando salí a superficie escuché la voz de mi mellisa.
Saque medio cuerpo de la picina junto a mi hermana, sacudiendo el cabello y mojándola un poco antes de sonreirle.

-Hey - respondí a su saludo - que haces por aqui hermanita, ¿se te ha perdido Xavier? - preguntó divertido antes de jalar de la mano a la chica y llevarsela con él al agua.

Al salir del agua Meredith tenía una cara de enojo, pero parecía más la de una niña molesta a punto de hacer un berrinche. Reí suavemente y le di un beso en la mejilla.

-¿Pero aún así me adoras, cierto? - respondí a su ataque verbal. Pese a que aveces chocabamos bastante, el lazo de mellizos era fuerte entre nosotros, y en ese momento sabía que mi hermana estaba pasando por un momento dificil, parecía algo decaída.

-Tu sabes, por aqui y por allá, dando vueltas, conociendo chicas - contesté a su pregunta de forma divertida. Aunque realmente había estado por varios lugares, viendo si encontraba a la guapa Alice Cullen por alguna parte, sin resultados agradables.

Meredith salió de la picina y estaba empapada, tenía cara de molestia, pero yo sabía que no era capaz de estar enojada conmigo, por eso siempre la molestaba.

-¿Alguna chica atraparme? - pregunté alzando la ceja y mirándola divertido - aún no existe la chica capaz de atrapar a Lorenz Pherdey - sonreí sabiendo que era cierto. Hasta ahora todas las chicas había sido pura diversión, ninguna se había resistido a mi, por lo que solamente duraba cierto tiempo y ya está, se acababa. Algunas veces se obsesionaban, pero ese no era mi problema - aunque hay una chica que me interesa en este momento, esta casada, pero no me interesa mucho. Es una de las chicas del Clan Cullen - le dije a sabiendas que mi hermana probablemente me regañaría.

Rodé los ojos dirigiendole una sonrisa mientras salía de la picina y me sentaba junto a ella. Sabía como era Meredith y su manera de pensar hacerca de esto, pero no me interesaba, realmente no me importaba, siempre había tenido lo que había querido y esta vez nos ería la excepción.

-La adecuada...a veces creo que no existe la chica adecuada para mi, Mer, así que ya deja de sermonearme - dije acercándola a mi con un brazo rodeando sus hombros - y si, existe el karma, ¿y qué?, Alice Cullen será mia este casada o no, eso te lo aseguro. Llamame loco si eso quieres, pero sabes que jamás me detengo hasta conseguir lo que quiero.

-Lo prometo, nada de lo que me vaya a arrepentir - repetí sus palabras con tono cansado. ¿Es que Mer siempre iba a darme sermones cada vez que me fijaba en una chica?, esta bien, reconocía que quizás pensar en relacionarme con Alice Cullen no sería lo mejor, que ella era una chica-vampiresa casada, pero, ¿y qué?, si ella aceptaba, cosa que era muy problable, sería ella la del problema no yo, ella estaba casada.

Comencé a pensar en la mejor forma de acercarme a la chica. Quizás en el bosque, no muy cerca de su casa, no quería encontrarme con su marido, ni con su hermano que leia la mente, no era muy bueno para mi...

-Y tu querido Xavier, no lo he visto ultimamente - hablé cambiandole el tema.